¿Un gasto o una inversión? ¿Qué marca requiere menos mantenimiento? Respuestas a esas preguntas.
Las suspensiones son un punto clave en una mountain bike.
Además son uno de los elementos más complejos y caros de todos los componentes
que forman parte de nuestras bicicletas.
Su evolución ha ido de la mano de la evolución del deporte
en si mismo. Hoy en día tenemos piezas de altísima tecnología equipando a
cualquier MTB de gama media y alta. A la hora de escoger entre una marca u otro
nos solemos fijar en sus opciones de ajuste, recorrido, peso e incluso
estética. Pero pocas veces paramos a pensar en los mantenimientos que requieren
para seguir funcionando correctamente.
Cada marca tiene sus propios periodos de mantenimiento
regular, y en algunos casos puede suponer una importante diferencia de precio
en el coste a largo plazo.
El mantenimiento es clave en las suspensiones
De entrada hay que seguir potenciando el concepto que una
suspensión sin un correcto mantenimiento no es nada. Como elementos
tecnológicos avanzados requieren un cuidado constante y su puesta a punto es
clave para que rindan al 100%. Y para alargar su vida útil. De entrada todas
recomiendan una pequeña revisión visual tras cada salida para comprobar que no
hay problemas con los diales o daños externos en las barras o retenes.
A partir de ahí cada compañía estable un tiempo para cada
revisión. Estas revisiones suelen ser del mismo tipo para todas las horquillas.
La más habitual es la que se desmontan las botellas para una completa limpieza
interna y reemplazar retenes y aceites., en lo que podríamos llamar un
mantenimiento básico. Las otras operaciones de mantenimiento, más complejas,
comprenden la revisión de los circuitos hidráulicos y las cámaras de aire.
Sería el mantenimiento más completo.
En la operación de mantenimiento básico, algunas marcas
recomiendan cambiar los retenes y guardapolvos de las botellas mientras que
otras solo piden limpiarlos y volver a “empaparlos” con su aceite
correspondiente. Son pequeños detalles que también pueden hacer variar la
factura final.
Fox es la marca que mayor esfuerzo ha hecho para lograr un
funcionamiento que permita a sus horquillas requerir menos mantenimiento. Desde
hace relativamente poco tiempo la firma americana ha incrementando el tiempo
entre revisiones hasta unas impresionantes 125 horas de uso o 1 año, lo que
suceda antes. Tanto para sus horquillas como para sus amortiguadores. Es una
cifra por encima del resto de fabricantes y que han logrado gracias a las mejores
en los componentes internos de sus suspensiones. Eso sí, en esas revisiones
cada 125 horas se debe realizar un mantenimiento completo, tanto de renovación
de aceites y retenes como de control de hidráulicos.
RockShox enfoca sus periodos de mantenimiento de diferente forma. De entrada, el mantenimiento básico (desmontar botellas, cambiar retenes
y aceite) se debe realizar cada 50 horas de uso. Y, dependiendo del modelo,
cada 100 o 200 horas un mantenimiento completo.
DT Swiss sigue una pauta prácticamente igual a la de
RockShox. Cada 50 horas un mantenimiento básico y cada 200 horas una revisión
completa.
De hecho, es el patrón más común en el mantenimiento. SR
Suntour también lo aplica, con revisión básica cada 50 horas y completa cada
100 horas (o una vez al año) para sus horquillas.
Manitou recomienda la revisión básica cada 50 horas y
completa cada 200 horas.
En el caso de las Lefty también se recomienda la revisión
básica a las 50 horas, una más completa a las 100 horas y un reconstrucción
total a las 200 horas.
El mantenimiento, una inversión y no un gasto.
En ocasiones es complicado pensar que, además de desembolsar
la gran cantidad de dinero que supone una suspensión de calidad, tenemos que ir
gastando más una vez comprada. De hecho, el coste de mantenimiento es parte del
precio de una suspensión, puesto que sin él dejará de funcionar como está
diseñada y su vida útil se acortará de forma drástica. Por el precio de unas
barras nuevas, que es uno de los mayores gastos que puedes encontrar y uno de
los elementos que más se dañan al no realizar las revisiones, puedes hacer el
mantenimiento de tu horquilla y tenerla siempre al 100% durante mucho tiempo.
En muchas ocasiones la decisión está entre gastarse el dinero en mantenimientos
y sacar el máximo partido al material que tienes, o gastártelo en reparaciones
una vez el daño está hecho y has estado rodando con las suspensiones en mal
estado.
Para la revisión básica, si eres un poco manitas y cuentas
con las herramientas adecuadas (muchas suspensiones requieren de herramientas
especiales) y los repuestos correctos, puedes encontrar instrucciones paso a
paso en el manual de usuario o en la documentación del apartado de soporte de
cada marca. Incluso con vídeos. También hay diferentes cursos donde recibir la
formación básica para realizar esas operaciones, lo cual puede acabar siendo
una buena inversión.
En la mayoría de casos, la opción más seguro y sencilla es
acudir a un taller especializado y, a ser posible, acreditado por la marca de
suspensiones que equipamos.
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