En
este artículo, narramos la primera experiencia de uno de nuestros
probadores con la disciplina del ciclocross: estas son las sensaciones
de un neófito ante la disciplina del barro.
Este artículo surge de la prueba de la Orbea Terra T105.
Nuestro probador no era un experto, pero quería conocer las sensaciones
del ciclocross y nos pusimos en marcha. La idea inicial era publicar la
prueba de la bici y punto. Pero pensamos que, dadas las condiciones
neófitas de nuestro probador, quizás sería más interesante explicar a
nuestros lectores cómo es eso de enfrentarse al ciclocross prácticamente
desde cero.
¿Dónde rodar?
Lo
primero que hay que plantearse es dónde vas a rodar con una bici de
ciclocross. Nos informamos, y hay que decir que lamentablemente, al
menos cerca de Barcelona, no hay ningún circuito permanente en el que
practicar. Preguntamos a colegas y nos dijeron que ellos lo hacen en
algún parque, básicamente de tarde o de noche para no molestar a los
paseantes. También nos dijeron que solían rodar fundamentalmente por
pistas llanas o, como mucho, onduladas. Quisimos motivarnos un poco más y
preguntamos en la Federación Catalana si había posibilidad de
participar en alguna carrera con licencia de cicloturista, nos dijeron
que no. Ante este panorama, optamos por el camino del medio y decidimos
adentrarnos con la Terra en un terreno propio del mtb. Quien viva cerca
de Barcelona conocerá sobradamente Collserola,
el precioso entorno montañoso que flanquea la ciudad al norte. Por ahí
solemos hacer nuestras salidas de montaña. El terreno es ideal para las
ruedas gordas porque hay multitud de caminos, pistas y senderos; se
pueden hacer recorridos muy variados en pocos kilómetros. En una salida
habitual de unos 30km, sumas mil metros de desnivel sin darte cuenta. Es
decir, hay mucho sube y baja con continuas y empinadas cuestas con
porcentajes de hasta el 20%. El problema era moverse por esas rampas con
la Terra que nos ofrecía como desarrollo máximo un 36x25. ¡Difícil
tarea! Tanto en las subidas como en las bajadas…
Pese
a estas expectativas, tenemos que decir que hemos desfrutado del
ciclocross por estos recorridos. Como decimos, el terreno no era idóneo,
o quizás, el desarrollo de la bici no era muy favorable (un 34x25, o
mejor aún, un 34x28, hubiera sido ideal), pero aún así nos han gustado
las sensaciones. Obviamente, había que estar muy en forma para disfrutar
de ese 36x25, pero tened en cuenta que la CX pesa unos 4kg menos que
una mtb (la Terra pesó 9,05kg en nuestra báscula) y eso se nota, y
mucho, a la hora de lanzar la bici en las cuestas. Obviamente, en las
bajadas sufrimos mucho; sin frenos de disco y sin amortiguación, la
espalda y las cervicales acumulan mucha tensión, ya que no puedes coger
mucha velocidad por miedo a no tener capacidad de pararla después
(esperamos poder contrastar estas sensaciones próximamente con un modelo
equipado con frenos de disco hidráulicos).
A
nivel técnico, lo ideal es rodar por pistas anchas, sobre tierra
pisada, sin demasiados obstáculos en forma de piedras, raíces y
demás obstáculos. Podríamos haber salido por el linde del río Llobregat
(muy cerca de la ciudad de Barcelona), pero eso nos pareció demasiado
aburrido: rectas kilométricas sin apenas desnivel. Lo cierto es que tras
un par de salidas, la velocidad era una motivación suficiente para
lanzarnos por terrenos abruptos con la Orbea Terra de prueba. Era como
pedalear con una mtb sin lastre... Eso sí, para disfrutarla comprobamos
que hay que estar bastante en forma; si lo estás, sentirás que la
sensación de aceleración con esta bici es magnífica y batirás marcas en
tus recorridos de mtb habituales sin darte cuenta.
Conclusión
Esta
primera experiencia en el ciclocross nos ha gustado mucho. La
disciplina es muy exigente, pero merece la pena. La principal motivación
del ciclocross es poder rodar rápido, con una bici más ligera de lo
habitual, por caminos en los que solo te adentrarías con la bici de
monte (dejando de lado los senderos técnicos y trialeras). Por esto, la
consecuencia lógica es acabar compitiendo en CX. El problema es que para
competir hay que superar unas trabas (licencia, revisión médica, falta
de circuitos para entrenar…) que impiden que el cicloturista habitual se
decida. Dicen que el CX está renaciendo, pero lo cierto es que venimos
oyendo esa frase hace más de diez años y la verdad es que cada vez hay
menos carreras, tanto a nivel autonómico como nacional. Quizás deberían
plantearse el celebrar pruebas completamente abiertas a los usuarios con
licencias cicloturistas. Podría funcionar y no tienen nada que perder.
ORBEA TERRA T105
 El
Terra es el cuadro de carbono para CX de Orbea desde hace varios años.
Fabricado en carbono, este modelo se sirve en tres montajes y tiene las
típicas especificaciones de un cuadro de ciclocross: cableado superior,
frenos cantilever, paso de rueda trasero más ancho, sin agujeros para
bidón en el tubo vertical… A nivel de geometría, y comparado con el Orca
de carretera, destaca que el Terra tiene las vaínas más largas (42,4 x
40,8mm) y, por tanto, mayor distancia entre ejes (1012 x 988mm). A nivel
de ángulos, apenas hay variaciones, aunque nos sorprendió que tuviera
un mayor grado en la dirección (74º x 72,2º). De ello, extraemos la
conclusión de que el Terra es más estable que un cuadro de carretera de
competición, pero también más agresiva en la conducción.
 Del
montaje, destacaríamos dos cosas: los frenos Tektro frenan lo justo; es
decir, lo justo si los comparamos con los discos de una mtb. En
terrenos llanos y cómodos, tienen una frenada más que suficiente. Los
desarrollos son el segundo punto a destacar. En los platos encontramos
un 46x36 y en el casete un 11x25. Estos desarrollos nos dejan claro que
estamos ante una bici enfocada a la competición. Un desarrollo máximo de
36x25 es muy justo para rodar por montaña. En terrenos poco empinados,
no tendremos problemas, pero cualquier cuesta que se acerque al 10% es
un sufrimiento importante (más nos valdrá que la cuesta sea corta).
Tened en cuenta que al rodar por tierra, el esfuerzo a realizar para
superar una subida es mayor que sobre el asfalto.
 El
peso de esta Terra nos ha parecido muy bueno. Apenas 9kg está muy bien
para un modelo de gama media, con unas ruedas Aksium y un grupo 105 más
que solventes. Quizás el precio final sea algo elevado para este
montaje, pero los acabados del cuadro son de muy buena calidad y Orbea
una firma de referencia en la disciplina.
FICHA TÉCNICA
Cuadro: Orbea Terra Carbon
Horquilla: Orbea Terra Carbon
Platos: FSA Omega BB30 46x36
Dirección: integrada carbon 1”1/2
Manillar: Orbea Alu. Pro
Potencia: Orbea Alu. Pro
Grupo: Shimano 105
Frenos: Cross Tektro
Cadena: KMC X10
Casete: Shimano 105 11-25
Ruedas: Mavic Aksium
Cubiertas: Vittoria Cross XG Pro 700x32
Tija: Orbea carbon Pro
Sillín: Selle Italia SL Flow
Tallas: 48, 51, 54, 57 y 60
Peso comprobado: 9,05kg (talla 54)
Precio: 2152€
Más información: www.orbea.com
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