Las grasas y el entrenamiento en ayunas (1/2)


Por: Dany Torterolo (www.NutricionyDeportes.com)   

Antes de explicar si el ayuno favorece el consumo de grasas, explicaremos cuál es la función de éstas en el organismo del deportista.

En los foros de nutrición y fitness en los que participaba con regularidad, siempre hacían esta pregunta. Algunas personas dan la respuesta correcta pero con un fundamento erróneo. Personalmente, siempre que doy un consejo nutricional me gusta explicar la ciencia que hay detrás de mis afirmaciones. Ahora, veremos la evidencia científica respecto a las estrategias de ejercicios y la influencia de la comida antes de entrenar, en la utilización del tipo de "combustible" y su importancia en el objetivo de eliminar grasas para personas activas.

¿Entrenar en ayunas? Depende

Si nuestro objetivo es quemar grasas, es mejor mantener el ayuno si se va a entrenar por la mañana o dejar como mínimo tres horas de ayuno antes de entrenar ya sea por la tarde o la noche. En la actualidad hay dos líneas de investigación sobre este tema; una recomienda mantener el ayuno y no comer antes de entrenar, en cambio la otra señala todo lo contrario. Según los resultados de los estudios científicos, ambas son correctas, pero en lo personal mi recomendación siempre es la primera. Antes de explicar por qué mantener el ayuno favorece el consumo de grasas, daremos un pequeño vistazo a la función de las éstas (ácidos grasos, triglicéridos) en el organismo. Las grasas forman parte de un numeroso y diverso grupo de compuestos. Podemos detectar la presencia de una treintena de ácidos grasos, los cuales llevan a cabo tres grandes funciones:

1. Actúan como compuestos dotados de un elevado valor energético (por cada gramo de un ácido graso oxidado (quemado) se liberan unas 9kcal, en comparación con las 4kcal que se obtienen de la oxidación (quemar) de un gramo de glucosa).
2. Constituyen los componentes esenciales de las membranas celulares.
3. Algunos ácidos grasos participan, como precursores de distintos compuestos para el control y la regulación de numerosas funciones metabólicas que afectan, en conjunto, a la capacidad funcional de todo el organismo.

Hace tiempo se creía que las grasas sólo tenía una función como fuente de energía, pero hoy sabemos que no es así. A pesar de ello su papel como fuente de energía continúa siendo fundamental. Tanto es así que las reservas  de energía en forma de grasa son prácticamente ilimitadas en comparación a las reservas de glucógeno hepático y muscular (180.000Kcal contra 2.000Kcal aproximadamente). La mayor parte de la grasa se halla presentes en el tejido adiposo subcutáneo (bajo la piel) y, en menor cantidad, en el denominado tejido adiposo visceral, los cuales pueden albergar, para un individuo normal entre 15 y 25kg de grasa y, en el caso de muchos deportistas, entre 8 y 10kg. Por otra parte, las propias fibras musculares contienen unas ciertas reservas de grasa (triglicéridos intramusculares) que, en conjunto, ascienden a unos 500g para un individuo adulto (~4.500Kcal), que también son mayores a las de glucógeno muscular y hepático.

Conviene destacar que estas reservas de grasas se diseñaron en nuesro organismo en la época de la prehistoria para utilizarse como energía en los períodos de restricción alimentaria, tan frecuentes en la historia de la humanidad. Ahora que ya sabemos por qué tenemos grasas y para qué sirven, podremos comprender mejor y aprender en el caso de un ciclista, por ejemplo, como esta grasa, localizada en la zona abdominal, llega a los músculos de las piernas para proporcionar energía y seguir pedaleando. En el próximo artículo explicaremos lo concerniente al ejercicio y la quema de grasas.


Dany Torterolo es diplomado en Nutrición y Deportes por la Universiad de Barcelona
www.ProactivoSaludable.com

No hay comentarios.: