Por: Orate.
Según la internet: “la
obsolescencia programada es la programación de la vida útil de un producto,
para que el producto se vuelva inútil en un periodo de tiempo determinado
previamente por el fabricante o la empresa, y haya que comprar otro nuevo que le
sustituya.” ¿Inquietante no?
Como son varios los temas a tratar
bajo este título, es necesario hacer 3 partes para poder explayarnos en cada
uno de ellos como se merecen.
A principios de los noventas vi por
primera vez una bicicleta de montaña. Le pertenecía a quien a la postre sería
mi mentor en esto del ciclismo todo terreno: el Lobo. Lo que en ese momento me
llamo más la atención fue la tijera de suspensión que consiguió, la primera que
yo veía. Era de la marca italiana Marzocchi modelo XC100 y se miraban como
sacada de una película de Ridley Scott. Era oleo-neumática y tenía un recorrido
entre los 46mm y 48mm. Solamente podías ajustarle la presión de aire, ya que
para modificar la velocidad del rebote tenías que reemplazar internamente el
aceite por uno de mayor densidad. Era en realidad una horquilla con un desarrollo
neumático/hidráulico muy decente para la época. Años después Marzocchi sacó
versiones más sofisticadas con diales de ajuste externos para el sistema
hidráulico que fueron la alegría de mucho.
De Europa teníamos noticias de
otras marcas y modelos, pero solo las veíamos en las revistas ya que para
México no llegaban tan fácil. Modelos como la Unishock de Scott que llevaba las
botellas forradas de carbón, montaba elastómeros, recorría 50mm y se ajustaba
la precarga con unos tornillos que tenía debajo de cada botella.
La RC-35 de la marca Pace que usaba
aluminio CNC en las botellas recubiertas de carbón y también montaba
elastómeros como agente encargado para suspender.
Los franceses nos ofrecían el
modelo Obsys 40 de la marca Sun que era de 40mm de recorrido, oleo-neumática
con excelentes acabados, existía una versión de 55mm para ir más “cómodo”. Y el
modelo Chaos Carbón Sun que tenía las botellas forradas de carbón, recorría 32
mm, contaba con un sistema anti-bombeo y funcionamiento oleo-neumático. Era
especial para rally de competición al más alto nivel.
También había dos modelos para carretera: la
Roubaix y la Rubi, eran unas rarezas que recorrían 30mm y se les podía poner
frenos de ruta. La diferencia radicaba en que la Roubaix tenía la tornillería y
el tubo de dirección de titanio, que es 3 veces más ligero y 5 veces más resistente
que el acero. Vamos, que era el material de punta hasta que llegaron el
aluminio y el carbón con su ligereza.
Y sus joyas de la corona: Judy SL y Judy
DH. Estas tijeras ya utilizan métodos diferentes de fabricación dejando de lado
los tornillos que sujetaban las barras y el tubo de dirección e insertando
dichas piezas en la corona a presión. Montan elastómeros y un pequeño cartucho
hidráulico que se encarga del rebote. El arco sigue siendo desmontable así que había
opciones de carbón de marcas especializadas en esa pieza para aligerarlas aún
más. Su recorrido era de 63mm en la versión SL y 80mm en la versión para DH que
era en color rojo y le decían “el diablo”; son las primeras en tener barras de
28mm de diámetro que fueron el referente durante varios años más.
Mientras que Manitou nos ofrecía
sus modelos 1, 2, 3, 4 y 5, con elastómeros, mecanizadas en aluminio CNC y las
numero 4 y 5 con barras Easton, sencillas y ligeras. Años después comenzaron a
experimentar con cartuchos hidráulicos para dotar a sus diferentes modelos con
control de rebote y nombres más largos.
Las barras de las tijeras aumentaron
sus diámetros, pasaron de los 28mm habituales a los 30mm y años después a los
32mm y 35mm; hoy por hoy hay de 38mm y hasta de 40mm. Al aumentar el diámetro
la oscilación de las barras en las botellas aminora, dando un tacto más sólido
y mejor estanqueidad al interior. Pero a partir del año 2000 las tijeras comenzaron
a traer esponjas otra vez en lugar de un segundo par de retenes como se venia
haciendo tiempo atrás. Empezaron con los diámetros pequeños y para el 2010 se
los habían retirado a la gran mayoría, exceptuando algunos modelos de Enduro y
las de DH. Generando así que los tiempos de los mantenimientos se vuelvan a
reducir y en consecuencia vender una mayor cantidad de insumos como grasa,
aceite, retenes y esponjas, sin mencionar el daño consecuente en el chasis de
la tijera por el exceso de contaminación. Es lamentable observar que mientras
en ciertos temas las horquillas no dejan de evolucionar para bien: peso,
rigidez, tacto, etc. En otros la evolución esta encaminada a que el producto funcione,
pero falle en poco tiempo, y eso es lo lamentable. Dejaron de hacer lo que
venían buscando: una tijera que funcionara bien y que fuera fiable. Se subieron
al barco de la obsolescencia programada y el resultado es que ahora las tijeras
funcionan mucho mejor, pero rápidamente comienzan a deteriorarse de diferentes puntos
específicos programados; entre ellos el anodizado de sus barras apenas con uno
o dos años de uso por esta INVOLUCIÓN de sustituir el segundo par de retenes
por esponjas. Es decepcionante observar estas practicas cuando hace apenas unas
décadas los fabricantes se enorgullecían de buscar crear productos funcionales
y duraderos, pero ya no más. Estamos presenciando una época donde las tijeras
pasan a ser inservibles y en ocasiones in-rescatables en menos de 9 años de uso
correcto, no se diga de las que son sometidas a malos tratos. Mientras que
tijeras de 1999 dándoles un poco de cariño siguen funcionando en la actualidad
como si nada. Un claro ejemplo de lo que escribo.
Por el momento es todo lo que tengo
para decir sobre el tema, ojalá les sirva de algo y esperen la siguiente
entrega de este artículo. Un beso…
*En Taller del Orate contamos con
retenes de obturación especiales para reemplazar las esponjas de tu tijera y
brindarle el hermetismo y fiabilidad con que fue concebida y que se merece.
Somos el único taller en la república mexicana que te ofrece esta mejora.




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